28 junio, 2010

La Gratuidad


"EL CORAZON SOLO FUNCIONA CUANDO SE ABRE"

SÍMBOLO:

DEFINICIÓN: ¿Qué es la gratuidad? ¿Una labor prestada sin recibir la debida recompensa? ¿No será una actitud interior que hace de la propia vida un don constante para el otro, un don que parte del diálogo y de la apertura?
¿No será la gratuidad lo oblativo que no busca trueque ni recompensa?
Gratuidad es convertir la vida en don, servicio, diálogo, comunión y participación.
Seremos gratuidad cuando, animados por la misma palabra, hagamos de nuestra persona un don para cada ser que encontraremos en nuestro camino.

CONTENIDO:

La gratuidad es una dimensión esencial de la existencia cristiana que sin embargo no suena bien a nuestros oídos acostumbrados a los términos de mercado, a eficacia histórica y rapidez en los cambios estructurales de la sociedad y a un lenguaje religioso que ha pretendido contabilizar la gracia de Dios.

Se afirma y con razón, que el amor cristiano, debe ser eficaz en la historia como nos lo muestra Jesús en la parábola del Buen Samaritano (Lc. 10, 25 – 36) y en la del Juicio Final (Mt. 25, 31 – 45): Hemos de comprometernos realmente poniendo en juego nuestros bienes y posibilidades con los que están al borde del camino y los despojados de los derechos fundamentales (Salud, tierra, libertad.) con los marginados y desposeídos.

La raíz de la gratuidad es el amor por parte de quien da y de quien recibe. La gratuidad viene del amor y conduce al amor. Por eso constituye un valor: nos permite alcanzar el alto ideal de la unidad. Pero la actitud amorosa exige desprendimiento, y éste implica renuncias. Para conseguir el hábito del desinterés se requiere una larga y ardua ejercitación. Mediante ésta adquirimos la capacidad de crear relaciones de reciprocidad. Esta capacidad ha de ser cultivada.

FUNDAMENTACIÓN

Fundamentación Bíblica:

* Mc 12,41-44: Mujer, viuda y pobre, al darlo todo, da mucho más que los ricos. Ella no da de lo que le sobra, sino de lo que necesita para vivir. Es la ofrenda del pobre. Jesús no valora ni la cantidad de lo que se da, ni la finalidad del donativo.
* Para Jesús lo que vale es la calidad de la ofrenda, la gratuidad de la persona, la vida como don. Darse es mucho más que dar.
* Mt. 18, 12 – 14: La parábola de la oveja perdida. El frágil animal extraviado, necesitado de ayuda, debe ser la primera preocupación del pastor, que hará bien en ir a buscarlo -el texto subraya su iniciativa- dejando momentáneamente a las otras ovejas. No es una cuestión de números y de mayorías, sino de necesidades y urgencias. Aquella que se encuentra en peligro y distante pasa antes de las noventa y nueve que están en resguardo. Aquí no se habla de los pequeños en plural, uno solo es suficiente para motivar el comportamiento aludido. Cada persona tiene un valor decisivo. Otra expresión de la gratuidad, que esta vez impulsa, dejando el terreno seguro y conocido, a una búsqueda afanosa.

Fundamentación Franciscana.

o De los Escritos de San Francisco – Avisos Espirituales Nª 24: “Dichoso el siervo que ama tanto a su hermano cuando está enfermo y no puede corresponderle como cuando está sano y puede corresponderle”.

El descubrimiento de la gratuidad como dimensión existencial. Vivimos en una civilización donde todo o casi todo se puede vender y comprar: trabajo, mercancías, alimentos, vestidos, personas, etc. En una sociedad en la que todo se transforma en mercancía, no hay puesto para la gratuidad, e incluso aquello que es gratuito o no vale o es propaganda. Cuando en la vida todo está tarifado no hay espacio para los valores supremos. Sin embargo, Dios, la vida, los campos, las montañas, el sol, la luna, los otros... son gratuitos pero no superfluos aunque no resulten fáciles de descubrir para quien tenga un espíritu mercantil y posesivo. Francisco de Asís ofrece a la sociedad actual una cultura de la ascesis, a través de la cual el hombre moderno descubrirá el rostro gratuito de la vida y podrá aprender a dar gracias y a revestirse de simpatía, cortesía y amabilidad, caminos necesarios para una vida más humanizada.

Fundamentación desde Madre Francisca:

* Del libro “Decididas a hacer el bien”: La gratuidad que urde la vida. Pág. 32.

Otros Textos:

“Tu rosa es diferente a todas las demás rosas, porque tú la has domesticado.
Domestícame -dijo el zorro al principito- y yo seré diferente a todos los demás zorros. Lo esencial es invisible a los ojos”.
¿A qué se refería el zorro en este recurrido pasaje del cuento “El Principito”?
¿Qué significaba para él que lo domesticaran? ¿Qué cambiaba en su vida y en la del principito?... El zorro quería establecer una relación distinta, una relación que no tenía que ver con la transacción típica del mercado, una relación de gratuidad: “Los hombres buscan en el mercado todo lo que quieren, y como no venden amigos, no pueden tener amigos –decía el zorro”.
Eso que ocurre en el conocido libro de Saint de Exupéry, puede dar pie a que reflexionemos sobre algunas preguntas: ¿es la gratuidad una forma de relación posible hoy día para nosotros?, ¿podemos establecer otras formas que no se basen en el intercambio mercantil?, ¿es posible no esperar nada a cambio?, ¿podemos ser capaces de desapegarnos de los resultados esperables?
Las repuestas a estas interrogantes nos hacen recordar que nuestra cultura, lamentablemente, se funda en una premisa que carece de gratuidad.
Es que en la lógica del mercado puro, abandonado a sí mismo, hay algo intolerable para los seres humanos, porque todo se reduce a la ley de la oferta y la demanda, porque todo pasa por un interés: yo te doy, pero tú me das; yo recibí, pero sólo después de haberte dado.
El tema de este artículo no es hacer un ensayo sobre la abolición del mercado y tampoco entrar a juzgarlo. La idea es comprender que muchas veces llevamos esta lógica del mercado a todas las relaciones y vivimos en una transacción permanente, donde finalmente en vez de generar abundancia lo que logramos es escasez.

Para el trabajo en grupo:

- ¿Cuándo tu vida es gratuidad y agradecimiento?
- ¿Cómo se garantiza la gratuidad en tu diario vivir?
- ¿En qué medida tu fe es símbolo de gratuidad?
- Buscar una acción concreta y evaluable donde puedan vivenciar la gratuidad o un gesto de gratuidad con los demás. (Compartir en el momento de la celebración).

Puesta en común y conclusiones.

CELEBRACIÓN:

* Entonar la canción Nª 92 del folleto “Alabemos al Señor”: Expansionemos el amor”.
* Cada grupo comparte la acción o el gesto de gratuidad arriba mencionado.
* Se termina con la oración “Gastar la vida” nª 252 del folleto “Alabemos al Señor”.

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